El pasado 25 de abril el Consejo de Ciudad celebró un plenario cargado de temas en el que se aprobó: la memoria de 2021, el dictamen elaborado por el grupo de trabajo de la Barcelona pospandemia, la propuesta de acuerdo a los grupos municipales para garantizar la continuidad de los presupuestos participativos y, por último, el manifiesto sobre la guerra en Ucrania. También se reflexionó y debatió sobre la acogida de personas refugiadas en la ciudad.

De nuevo en el Saló de Cent, y la mayoría, sin mascarilla. El último plenario del Consejo de Ciudad volvió a ofrecer una imagen casi prepandémica. De todas formas, como recordó la alcaldesa, Ada Colau, “aunque podemos hablar de vuelta a la normalidad, no todo volverá a ser como antes”. Las pantallas en el centro de la sala, con una treintena de personas del Consejo conectadas de forma remota para la sesión, son una prueba evidente de estos cambios y cómo se han normalizado.

Durante su discurso de bienvenida, la alcaldesa agradeció la labor del Consejo de Ciudad, pero sobre todo, destacó su papel para fortalecer la democracia y mejorar la ciudad. “El tejido social, económico, comercial y cultural de Barcelona y sus diversas formas de organización es el elemento diferencial que nos permite dar siempre la mejor respuesta posible a situaciones absolutamente imprevisibles, como podía ser una pandemia o ahora la guerra en Europa. Por este motivo, es más importante que nunca, trabajar para ir afinando y mejorando, pero también, dando mayor protagonismo, al Consejo de Ciudad. Necesitamos trabajar codo con codo para hacer frente a estos enormes retos que tenemos delante”.

Después de estas palabras, la alcaldesa cedió la presidencia del plenario al concejal de Participación Ciudadana, Marc Serra, que dio paso a los diferentes temas del orden del día.

Aprobación de la memoria de 2021

En primer lugar, se resolvieron dos puntos más bien procedimentales y sin debate: la aprobación del acta anterior y de las vicepresidencias del Consejo de Ciudad. En este caso, dado que sólo se presentaron dos candidaturas para ocupar las dos vicepresidencias disponibles y que éstas ya estaban atribuidas al Consejo de Asociaciones de Barcelona (CAB) y a Pequeña y Mediana Empresa de Cataluña (PIMEC), durante la sesión se aprobó dar continuidad.

Tras estos dos puntos, se dio paso al primero de los grandes temas a votación del plenario: el dictamen elaborado por el grupo de trabajo Memoria del Consejo de Ciudad 2021.

Durante los últimos meses, las personas participantes en este grupo de trabajo han revisado las actuaciones que se han desarrollado durante todo el año, las han evaluado y han recogido los retos para el año siguiente.

Montserrat Morera, del CAB y vicepresidenta del Consejo, presentó los puntos más relevantes del documento, como el resumen de actividades, la relación de los 3 dictámenes, los 3 acuerdos aprobados o los diferentes proyectos en los que colabora el Consejo. También destacó la gran cantidad de horas de voluntariado que implica todo este trabajo para la ciudad y la ciudadanía.

Por último, la memoria, que se sometió a votación, fue aprobada por la mayoría del plenario con 47 votos a favor, 0 en contra y 3 abstenciones. 

Recomendaciones sobre la ciudad después de la pandemia

El siguiente punto del orden del día fue la presentación, debate y votación del dictamen elaborado por el grupo de trabajo de la Barcelona postpandemia, una recopilación de reflexiones, propuestas y recomendaciones para captar la complejidad del momento actual y sugerir líneas de trabajo al gobierno municipal.

El dictamen lo presentaron 4 de las personas de este grupo de trabajo: Delfí Cosialls y Àngels Guiteras, personas de renombre ciudadano dentro del Consejo de Ciudad, Àlex Goñi, presidente de PYMEComerç y vicepresidente del Consell, y Juanjo Casado, de UGT Catalunya.

Cosialls recordó que el grupo de trabajo surgió en mayo del 2021 porque, aunque había muchas iniciativas sectoriales, parciales, relacionadas con el tema de la pandemia, se quiso buscar ese elemento diferencial que contemplara el conjunto de la ciudad y ofrecer recomendaciones con la ayuda de expertos en los distintos ámbitos. El resultado de esta mirada poliédrica y global ha sido un dictamen diferente al resto, que incluye reflexiones, propuestas y recomienda líneas de trabajo al propio Consejo en el gobierno municipal.

En cuanto a las recomendaciones en los 8 ámbitos de trabajo, Guiteras, destacó la necesidad de reforzar los servicios de salud pública de la ciudad, transformar y reforzar un modelo de servicios sociales centrado en la persona y priorizar la vivienda social.

En cuanto a las recomendaciones que se hacen en el ámbito de la empresa, el comercio y el turismo Goñi, destacó dos que considera prioritarias: por un lado, la necesidad de abrir el debate sobre el turismo y hacerlo lo de una forma decidida y, en segundo lugar, promover la colaboración público-privada como motor de la actividad económica.

Por último, Casado explicó las recomendaciones en el ámbito del trabajo y la formación y destacó que, teniendo en cuenta su transversalidad, ambos ámbitos deberían ser considerados como objetivos estratégicos y permanentes del conjunto instituciones y agentes, también del gobierno municipal.

Una vez finalizada la presentación y el debate entre las personas miembros, se procedió a su votación aprobándose con 43 votos a favor, 1 en contra y 2 abstenciones.

Nuevo Grupo de Trabajo de Atención integrada a las personas

Guiteras y Cosialls también presentaron el primero de los grupos de trabajo que se han puesto en marcha este 2022. Se trata del grupo de trabajo de Atención integrada a las personas: sanitaria, social y habitacional, que como explican, es una línea de trabajo que ya se ha estado trabajando desde el propio Consejo sobre todo con el grupo de la Barcelona pospandemia.

Con este nuevo espacio de encuentro se quiere contribuir a la construcción del concepto de atención integrada a las personas en Barcelona, así como al diseño de este tipo de atención, aportando la sensibilidad de los distintos sectores que forman parte del Consejo.

Durante la presentación, tanto Guiteras como Cosialls, realizaron un llamamiento al resto de miembros para participar en este nuevo grupo de trabajo.

Propuesta para garantizar los presupuestos participativos

Otro de los puntos más destacados del orden del día es la propuesta de acuerdo que se ha elaborado desde el Consejo de Ciudad, para llevar al pleno del Consejo Municipal, para garantizar la continuidad de los presupuestos participativos en el futuro.

Teniendo en cuenta el éxito de los presupuestos participativos entre la ciudadanía, así como la relevancia de generar y mantener espacios donde las propuestas de la ciudadanía no son sólo escuchadas, sino también decisorias, desde el Consejo de Ciudad se ha trabajado esta propuesta de acuerdo para que los diferentes grupos municipales se comprometan a mantener el proyecto de Presupuestos Participativos a lo largo del tiempo, con independencia del o los grupos que gobiernen. También, que se comprometan a terminar la ejecución de los posibles proyectos que puedan quedar pendientes por el siguiente mandato.

Rodrigo Araneda, representante del Consejo Municipal de Lesbianas, Gays y Hombres y Mujeres Transexuales e Intersexuales, valora que los presupuestos participativos posibilitan la participación directa en la construcción de la ciudad y es vital que tengan continuidad. “Si hemos invitado a participar a la ciudadanía, ahora no le podemos decir que no. Representaría una gran frustración.”

La propuesta fue finalmente aprobada con 36 votos a favor, 1 en contra y 5 abstenciones.

Barcelona, ​​ciudad refugio

En la recta final del plenario, Serra abrió un nuevo tema para debatir y reflexionar durante el resto de la sesión: el de la llegada de personas refugiadas de Ucrania y cómo la ciudad está dando respuesta a esta cuestión.

Para hablar de ello, expuso los primeros datos. “Desde el inicio de la guerra se han empadronado 896 personas ucranianas, el SAIER ha atendido a 2.000 personas, 3.000 el centro de emergencia social y 1.000 el centro que se puso en marcha el 28 de marzo para atender a las familias que llegaban. También encontramos a 1.500 niños escolarizados y se han activado 1.017 personas voluntarias que están ayudando a los diferentes servicios y entidades”.

Y termina lanzando tres preguntas abiertas. Por un lado, pregunta qué más podría hacer el Ayuntamiento a pesar de tener las competencias tan limitadas en este tema; también, cuál es el papel de la sociedad civil ante una situación como ésta y, finalmente, cuestiona el riesgo que esta respuesta pueda generar un agravio respecto a las demás personas migradas y refugiadas, que también están en situación de emergencia social o habitacional, pero no han recibido las mismas facilidades que las personas de Ucrania.

Puntos de mejora en la acogida de personas

Para reflexionar sobre todas estas cuestiones, el Consejo de Ciudad invitó a participar en el plenario a 4 entidades de la ciudad, que por su labor y experiencia tienen mucho a aportar en este debate.

Antonia Giménez, de Cruz Roja, la entidad que está coordinando todo este operativo de acogida, describió cómo se han atendido a las más de 27.000 personas que han pasado por sus dispositivos y algunas de las dificultades que deben hacer frente.

Ana Lucia Olivos, de Azahara y miembro del Consejo de Ciudad, quiso subrayar que la respuesta de ahora demuestra que hay recursos para actuar de forma rápida, pero que también, pone de manifiesto que esta voluntad no ha sido igual para el resto de colectivos. Por este motivo, reclama no poner a las personas en este agravio y dar respuesta a todos por igual.

En la misma línea, M. Carmen de la Fuente, de Migrastudium, también reclama a la administración pública que despliegue los mismos recursos para personas de otros países y, sobre todo, apunta una medida que sí podría llevarse a cabo desde el ámbito local, favorecer el empadronamiento. También habló de la necesidad de una acogida comunitaria y sostenida en el tiempo, pero sobre todo coherente, que no sea incompatible con situaciones que se están dado como, por ejemplo, la existencia de los centros de internamiento de extranjeros.

Por último, Beatriz Cantero, de Mujeres pa’lante y representante del Consejo Municipal de Inmigración, también fue muy crítica con las diferencias entre las personas recién llegadas según el país de origen. Denuncia la vulnerabilidad en la que se encuentran y el enorme grueso de personas que no reciben soporte alguno. «De las 80.762 personas que se presentaron durante 2020 para pedir refugio, sólo se han revisado 11.000 expedientes y, de éstos, sólo hay el 5% aprobados».

Cantero, recuerda que como consecuencia de la pandemia, muchas personas que se han quedado sin trabajo no han podido renovar papeles y pide apoyar el movimiento #RegularizaciónYa, que pide conceder el permiso de residencia y de trabajo a todo aquel que lo solicita y flexibilizar procesos de reagrupación familiar.

Entre las diferentes aportaciones al debate de los miembros del consejo, destaca la reflexión de Carme Riu, del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD), sobre la vulnerabilidad de las personas con discapacidad en un conflicto bélico y arroja la pregunta: “¿cuántas personas atendidas por los dispositivos de acogida son personas con discapacidad?”. Riu, comunica a las entidades que, desde el IMPD, les gustaría conocer y apoyar a las personas con discapacidad que consigan llegar hasta aquí, aunque sean pocas.

Finalmente, después de todos los debates, apuntes y recomendaciones termina el primero de los dos plenarios de este 2022. Y lo hace con la adhesión por unanimidad al manifiesto «Barcelona por la paz en la guerra de Ucrania». Porque, tal y como explicaba al inicio de la sesión la alcaldesa Colau, “Barcelona es una ciudad de paz y lo manifestamos desde todos los estamentos de la ciudad. Por eso, evidentemente, no podía faltar el Consejo de Ciudad”.