El Consell de Ciutat se ha posicionado a favor de la paz y en contra de la guerra, identificando la justicia y la solidaridad como caminos irrenunciables para lograr esta meta. La decisión se tomó durante el último plenario de 2023, a propuesta del Sr. Àlex Goñi, presidente de PIMEC Barcelona, vicepresidente de PIMEC, y vicepresidente segundo del Consell de Ciutat, un gesto que arrancó el aplauso general del plenario. Hablamos con el Sr. Goñi sobre su propuesta, pero también sobre otros aspectos referentes al Consell de Ciutat y la tarea llevada a cabo, tanto en el plenario como durante su trayectoria de casi 20 años, un periodo en el cual el vicepresidente segundo del Consell de Ciutat siempre ha estado presente.

¿Qué opinión le merece el trabajo que ha desarrollado el Consell de Ciutat durante su trayectoria de casi 20 años?

Son 20 años y analizarlos y sintetizarlos en pocas palabras es muy difícil. Yo estoy desde el primer día, fui el primer vicepresidente segundo que hubo, y todavía lo soy, por lo tanto, conozco todas las etapas desde que se creó. Durante este periodo ha habido muchas etapas diferenciadas y cada una de ellas le ha dado una impronta al Consell de Ciutat, sobre todo por los cambios de personas que ha habido, lo cual ha llevado al órgano a elaborar diferentes resoluciones y dictámenes.

Es cierto que podemos decir que actualmente hay una situación muy diferente a la que había hace diez años. Durante la primera década se hicieron unos dictámenes que quizás miraban más la ciudad. Pero desde hace diez años los dictámenes se dedican más a las personas de la ciudad, a las problemáticas que puedan tener, desde una mirada más social. Esto me parece magnífico, estoy totalmente de acuerdo en que se traten las problemáticas de las personas, creo que es prioritario, pero creo que se tendría que volver a equilibrar. La persona y la ciudad son uno solo, o al menos tendríamos que mirar que fuera así. Creo que desde el Consell de Ciutat tendríamos que volver a hablar de temas de ciudad que afectan, precisamente, a la persona.

¿Qué cuestiones relevantes considera que se tienen que trabajar en el Consell de Ciutat?

Cuestiones que tengan en cuenta la ciudad. Repito, hay que encontrar un equilibrio, no dejar ninguno de los dos ámbitos de lado, ni que uno de ellos tenga más peso que el otro, más allá de momentos concretos, como durante la pandemia de la Covid. Recuerdo un tema que finalmente no se trabajó porque coincidió con un cambio de mandato desde la alcaldía, que era la montaña de Montjuic y cómo aprovecharla para la ciudad. O temas actuales, como qué repercusión puede tener la Copa América para la ciudad o la repercusión de los nuevos ejes verdes hacia la movilidad de la ciudad. Y a partir de aquí podemos trabajar todos los temas sociales que hagan falta. O volver a hacer un dictamen de turismo porque han pasado diez años desde que lo hicimos. Y de aquel dictamen surgieron cosas muy interesantes, como la tasa turística o la entrada de pago al Park Güell. Estos dos puntos salen de aquel dictamen. Ahora ya han pasado diez años y estaría muy bien volver a hablar de turismo, de qué modelo queremos o que ha pasado desde entonces.

En el plenario se aprobó el dictamen del grupo de trabajo de vivienda destinada a políticas sociales y el manifiesto de igualdad de trato y no discriminación. ¿Qué valor cree que aporta el Consell de Ciutat a la hora de tratar estas dos temáticas tan relevantes?

Encuentro fantástico que se traten estos temas. Es un trabajo, como he dicho antes, más dedicado a la persona. Creo que está muy bien, es un posicionamiento y un trabajo bien hecho. Pero nos falta una cosa, que es que este trabajo que se ha hecho, que se ha llevado y aprobado en el plenario, tenga una continuidad dentro del ayuntamiento. El dictamen pasa ahora al equipo de gobierno y hace falta que nos escuchen, que se miren las reivindicaciones y que, como crean oportuno, las apliquen. Porque este es precisamente el trabajo que hace la sociedad barcelonesa, y si la sociedad cree que este es el camino a seguir, a mí me gustaría que las personas que ahora reciban estos dictámenes hagan caso. Creo que, con la fuerza que tienen las personas electas, se tiene que aprovechar el trabajo tan completo que les trasladamos. Para el Consell de Ciutat sería muy bueno ver que el trabajo que se hace, al menos parte de él, se aplica para gobernar la ciudad.

¿Cree que el Consell de Ciutat se tiene que implicar más en la Capitalidad europea del comercio de proximidad? ¿Cómo cree que lo tendría que hacer?

Que Barcelona pueda tener esta capitalidad es magnífico, es una de las mejores cosas que le podrían pasar. Primero porque durante un año se trabajarán en jornadas y tratando temas sobre el comercio. Y segundo, porque se destinarán unos recursos que se tienen que aprovechar para dar lucimiento una vez dejemos de tener esta capitalidad. Creo que es un tema bastante importante, es un tema transversal que afecta a todos los distritos, porque además afecta el modelo social de la ciudad. Las tiendas ahora se concentran en ejes comerciales, y el hecho que se cierren comercios de proximidad hace que grandes zonas internas en los barrios queden vacías. Esto está pasando, y desde el Consell de Ciutat, por ejemplo, no hemos analizado qué podemos hacer para que no pase, o para que pase menos.

Creo que el Consell de Ciutat tiene que apoyar esta capitalidad, así como la Capitalidad europea de la Democracia. Todo lo que venga a Barcelona, el Consell de Ciutat lo tiene que apoyar y cuidarlo. Y puede ser crítico también, porque puede haber cosas que se pueden hacer mejor, pensando en todo el mundo o que no deje a nadie atrás.

El Consell de Ciutat se ha posicionado a favor de la paz y en contra de la guerra por propuesta suya. ¿Por qué considera importante este posicionamiento y que le pareció la reacción del resto de miembros?

Lo propuse porque estamos en unas fechas importantes, de paz y precisamente porque estábamos en el plenario, en un espacio más institucional y con la presidencia del alcalde, la principal figura de la ciudad. Por lo tanto, creo que era el momento idóneo. Nos encontramos en un momento de inquietudes, en el que está muriendo mucha gente de todos los bandos. Y cuando las guerras acaben, y las partes implicadas en los conflictos se pongan de acuerdo, o no, las únicas que se quedarán sin esta paz serán las personas muertas víctimas de la guerra. Es una redundancia, pero cuando el resto haya pactado el fin del conflicto, las personas que han muerto, sean niños, jóvenes, gente mayor, mujeres u hombres, se quedarán así. Es el recuerdo que tenemos que tener para las víctimas de la guerra, porque la guerra es una majadería que, desgraciadamente, no la pararemos, porque es una condición de las personas cuando no sabemos ponernos de acuerdo.

La reacción del plenario, aplaudiendo la propuesta, viene a demostrar la realidad de las personas. Estábamos en un plenario, que en cierto modo es frío, pero cuando salió un elemento diferenciado, más humano, el plenario estalló. Aplaudieron la necesidad de la paz, la necesidad de verse diferente, de entrar en unas dinámicas más inteligentes que las que estamos llevando hasta ahora.