Laia Bonet, Tinenta d'Alcaldia

La función principal del Consell de Ciutat es la de elaborar dictámenes y manifiestos con recomendaciones sobre cómo cree que se tendría que articular la política municipal en relación con las temáticas tratadas. Estos documentos, que se generan a partir del debate que llevan a cabo las personas representantes del órgano, son dirigidos al gobierno municipal, que debe de hacer retorno de las propuestas y que puede valorar tenerlas o no en cuenta para diseñar y ejecutar su acción pública.

La Ilma. Sra. Laia Bonet, teniente de alcalde de Barcelona, quien presidió el último plenario de 2023 del Consell de Ciutat, cogiendo el relevo del Excmo. Sr. Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, reivindica la relevancia de mantener activa esta función, tanto por parte del Consell de Ciutat, haciendo propuestas, como del gobierno municipal, dando respuesta a estas. En la misma línea, la teniente de alcalde valora muy positivamente la tarea que ha llevado a cabo el Consell de Ciutat durante sus 20 años de trayectoria, así como la diversidad que caracteriza el órgano.

Finalmente, la Ilma. Sra. Bonet destaca la importancia que el Consell de Ciutat trate temas relevantes para la ciudad, como la vivienda, la que considera que es “la necesidad estructural más grave de Barcelona”, o la igualdad de trato y no discriminación. Hay que recordar que durante la última sesión plenaria se aprobó el dictamen de vivienda destinada a políticas sociales y el manifiesto de igualdad de trato y no discriminación.

¿Cómo valora el trabajo que lleva a cabo el Consell de Ciutat, un ente que este año llega a los 20 años de trayectoria?

El Consell de Ciutat es el máximo órgano de participación de la ciudad y su aportación es siempre, no solo muy útil, sino ampliamente reconocida por el consistorio. En la presentación anual de su memoria en el plenario, todos los grupos municipales reconocen su tarea y desde el gobierno pensamos que hay que ponerla en valor, reivindicarla, y agradecerla. Queremos agradecer la dedicación, el compromiso y el buen trabajo de todos los miembros del Consell.

El Consell de Ciutat ha demostrado en estos 20 años que es un espacio de trabajo imprescindible, como punto de encuentro de las principales entidades de la ciudad. El Ayuntamiento tiene múltiples consejos sectoriales, algunos creados incluso antes que el Consell de Ciutat, pero la virtud de este consejo es su visión global.

También querría poner en valor el rol que jugó el Consell de Ciutat durante la etapa de la pandemia. En un tiempo de cambios y de incertidumbres que afectaron la vida de la ciudad y de todos los ciudadanos, el Consell de Ciutat estuvo presente en todos los debates sobre el futuro de la ciudad.

Ahora, en el inicio de un nuevo mandato, es importante que el Consell de Ciutat siga proponiendo y que el gobierno de la ciudad pueda responder a sus propuestas. Barcelona necesita más diálogo. Un diálogo abierto a todo el mundo que permita generar nuevos consensos. Y el Consell de Ciutat puede aportar toda su experiencia y pluralidad para contribuir a construir estos nuevos consensos.

¿Cómo de importante es que un ente como el Consell de Ciutat cuente con representantes de varios ámbitos de la ciudad y que les ofrezca un espacio para su participación?

Si queremos que Barcelona sea realmente un proyecto colectivo a favor del progreso compartido, necesitemos que todo el mundo se sienta partícipe. Por esta razón es importante que el Consell de Ciutat cuente con representantes de varios ámbitos de la ciudad.

Necesitamos espacios donde podernos encontrar, escuchar, dialogar y llegar a acuerdos. El diálogo es nuestro principal instrumento. El diálogo, hoy más que nunca, es signo de fortaleza.

El Consell de Ciutat no tiene que ser solo un órgano de participación, sino un órgano de concertación. Donde no solo se dialoga, sino que, cuando es necesario, se negocia y se transacciona, para llegar a acuerdos compartidos.

Para hacerlo es importante que el Consell sea plural, y no solo diverso. Tanto desde el punto de vista sectorial como territorial. Tienen que ser las principales entidades, pero también la ciudadanía a título individual. El Consell tiene que ser un espacio de todos, un espacio abierto.

En el plenario se expuso el dictamen del grupo de trabajo de vivienda destinada a políticas sociales. ¿Qué valor cree que aporta el Consell de Ciutat a la hora de tratar esta temática?

La vivienda es la necesidad estructural más grave de Barcelona. Tenemos que activar todas las medidas a nuestro alcance, desde todos los ámbitos, para cubrir esta necesidad. Barcelona se juega su futuro en la capacidad para conseguir que los jóvenes se queden en la ciudad, y esto quiere decir que puedan acceder a un piso.

Por lo tanto, las propuestas del Consell en este ámbito serán muy útiles. Las recogeremos para estudiar la implementación. Y a la vez seguiremos desarrollando varias acciones para limitar el precio del alquiler y construir más vivienda pública, desde el Ayuntamiento, pero también en colaboración con otras administraciones públicas.

También se aprobó el manifiesto de igualdad de trato y no discriminación.

En relación con el manifiesto de igualdad de trato y no discriminación, considero muy importante que el Consell de Ciutat se posicione. Vivimos en un contexto de oleada reaccionaria en muchas ciudades de España y de Europa. Y en este contexto, Barcelona tiene que ejercer con firmeza su condición de capital de progreso y erigirse como escudo de derechos y convivencia.

Nuestro deber, como ciudad, es garantizar los derechos y las oportunidades de todo el mundo, sea cual sea su origen, género, lengua, religión, o condición. Tenemos que garantizar siempre la igualdad de trato y no discriminación.

Por lo tanto, recogeremos también las propuestas de este manifiesto para estudiar su implementación.

¿Cuáles considera que son los retos a los cuales se enfrenta la ciudad en el ámbito de la participación?

La ciudad es muy plural y diversa y en los procesos y órganos de participación tenemos que garantizar esta pluralidad y diversidad. Tienen que estar representadas todas las miradas.

Las personas que participan tienen que ser representativas del conjunto de la sociedad y por eso hay que evitar, o reducir, los posibles sesgos que normalmente se producen: de edad, de género, de origen, a nivel educativo, de condición social, etc. Este es el principal reto de la participación.

Si no superamos estos sesgos corremos el riesgo que la participación sea representativa solo de una pequeña parte de la ciudad. Una parte activa, consciente, organizada, y con un

nivel educativo y posición social, que le permite incidir políticamente a través de la participación.

Tenemos que ir más allá. Y por eso hace falta hacer un trabajo importante, tanto del Ayuntamiento como de las entidades.